Efectivamente, el microondas deshidrata los alimentos. No será la primera vez que has metido un filete de pollo y ha salido una zapatilla... Y es que si el alimento se deshidrata, se reseca. Un pequeño truco para que esto nunca te suceda es añadirle unas gotas de agua al plato para que absorba ese agua en lugar del agua de tu comida.
Se calentará igual pero no te quedará tan reseco. ¡Pruébalo!
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